martes, 4 de octubre de 2011

Jujuy en el Bicentenario, Cap II


                      
CAPITULO  2

Capital y agroindustria azucarera.

            Dos factores incidieron en el despliegue y desarrollo de la agroindustria azucarera de Jujuy. El primero tuvo que ver con la llamada “organización nacional”. En la década de 1880 se inicia el periodo  de plena integración de la economía azucarera de Jujuy al mercado nacional. Esta correlación se basó en la identificación del poder económico y político local con el poder nacional. El acuerdo político y económico de las clases dominantes del centro y de la región  del noroeste hizo posible la fijación de un régimen de tarifas fuertemente proteccionista de la producción azucarera. La evolución de los aranceles para el azúcar que provenía del exterior fue creciendo a partir de 1883.

            Según Adolfo Dorfman, en el periodo 1871-1882 el promedio de aranceles ad valorem fue del 25 %. Entre 1883 y 1885 subió al 37,75 %. Para el periodo 1885-1888 llegó al 108 % y entre 1888 y 1912 trepó al 286 %. (1).

            Sobre esta política arancelaria funcionó la economía azucarera regional. Protegida de la competencia extranjera y también subsidiada cuando se registraban excedentes de producción. No sin altibajos y ofensivas antiproteccionistas de los sectores liberales a ultranza la agroindustria azucarera creció rápidamente.

            En 1880 la producción nacional de azúcar fue de 9 mil toneladas, en 1890 pasó a 41 mil toneladas y en 1896 llegó a 139 mil toneladas. En este año Jujuy participó con 45 mil toneladas, lo que nos da una idea del extraordinario crecimiento respecto de las 1.775 toneladas que se habían logrado en 1888. En las condiciones de protección señaladas a inicios del siglo XX la producción azucarera se constituyó en la principal actividad económica de la provincia.

            El despegue que en sus inicios estuvo en manos de la oligarquía terrateniente regional, de  Tucumán, Salta y Jujuy, dio un salto con la inversión de capitales imperialistas europeos.

             El momento coincide cronológicamente con el fin del capitalismo de libre concurrencia, o de competencia perfecta, con vigencia plena durante mas de un siglo.

Dice Lenin en su obra sobre el imperialismo : “lo que caracteriza al capitalismo moderno, en el que impera  el monopolio, es la exportación de capital”. (2). Un poco mas adelante Lenin agrega: “Mientras el capitalismo es capitalismo, el exceso de capital no se consagra a la elevación del nivel de vida de las masas en un país determinado, ya que esto significaría la disminución de las ganancias de los capitalistas, sino al acrecentamiento de estos beneficios mediante la exportación de capital al extranjero, a los países atrasados. En estos países atrasados el beneficio es extraordinariamente elevado, pues los capitales son escasos, el precio de la tierra relativamente poco considerable, los salarios bajos, las materias primas baratas. La posibilidad de la exportación de capital esta determinada por el hecho de que una serie de países atrasados se hallan ya incorporados a la circulación del capitalismo mundial, han sido construidas las principales líneas ferroviarias o se ha iniciado su construcción, cuentan con las condiciones elementales de desarrollo de la industria, etc.”

Luego Lenin  da una “respuesta aproximada” a la pregunta sobre la distribución mundial de los capitales invertidos en el extranjero y los países de origen. Hacia 1910 América figura como el destino preferido de de las inversiones de capitales de Inglaterra, Francia y Alemania.

            El texto de Lenin se refiere en varias ocasiones a la Argentina como uno de los países típicos donde se manifiesta el fenómeno.  En Jujuy estaba ocurriendo exactamente lo descripto.  El capital ingles se instalaba en el ingenio La Esperanza, los franceses en el ingenio Ledesma y los alemanes en el ingenio La Mendieta. Repitamos la formula: capital local escaso, tierra barata, salarios bajos, materias primas baratas y construcción del ferrocarril. 

           Durante todo el siglo XIX el escenario principal de la lucha de clases había sido la Quebrada de Humahuaca y la región puneña por el hecho de que allí estaba centrada la economía de la época y la población. El eje se fue trasladando a la zona del Ramal a medida que fue creciendo la agroindustria azucarera, al mismo tiempo que continuaba la lucha de los aborígenes quebradeños y puneños por la tierra.


Años                                                  Habitantes

                           Quebrada y Puna                   Valles Centrales                 Ramal

1869                          19.725                                    11.775                        7.476

1895                          20.225                                    16.620                        9.425

1914                          22.546                                    23.204                        27.590

Fuente: Censos Nacionales


Marcelo Lagos  dice que “la transformación de la región estuvo asociada con la transformación de las dos haciendas mas extensas de la zona, San Pedro y Ledesma, en importantes empresas altamente capitalizadas. El proceso de cambio, que ubicamos entre la década de 1870 y los primeros  años del presente siglo ( XX), estuvo vinculado esencialmente con el cambio de la propiedad de la tierra, la incorporación de capital y tecnología externas  a la región y el vital rompimiento del aislamiento micro regional que permitió canalizar la producción hacia los mercados de la región y nación”.  (3)

           La propiedad de la tierra y la producción que inicialmente había estado en manos de familias que  pertenecían a las clases dominantes de Salta o Jujuy fueron pasando a manos del capital extranjero.  Marcelo Lagos cita un testimonio de la época ( 1908 ) que dice “En los Departamentos…San Pedro y Ledesma, es muy difícil adquirir en compra tierra apta para la agricultura, debido a que los dueños de los ingenios La Esperanza y Ledesma pagan por fracciones cultivables y con riego, para plantar caña mejores precios que cualquier oferente”.

           En 1888 Joaquín Carrillo en su Descripción de la Provincia de Jujuy  había señalado que “Hay desde Capital, el Carmen, San Pedro y Ledesma terrenos propicios, buen clima y fácil riego” para la plantación de caña de azúcar.  “En San Pedro existe el notable ingenio La Esperanza propiedad de los Señores Leach y Cía. Tiene 550 hectáreas de plantaciones de caña y 17 de otros cultivos”. Del ingenio Ledesma dice que “tiene 220 hectáreas de plantación”. Para la época el autor los caracteriza como “colosos de la producción azucarera (que) cuentan con terrenos suficientes para duplicar la explotación, y con el monopolio elevan las ganancias anuales a un 50 % o mas de capital”. (4)  En ese año La Esperanza había producido 1.200 toneladas de azúcar y Ledesma 575 toneladas.

           A fines del siglo XIX y comienzo del siglo XX la producción  de azúcar de caña empezó a dar un salto . El poder del capital imperialista fue creciendo y a la par fue creciendo la clase obrera azucarera.

 En 1893 se funda la empresa inglesa Leach Hermanos, con un capital inicial de $ 300.000. Para dar una idea de lo que significaba esta inversión  diremos que en ese momento el presupuesto anual de gastos de la provincia de Jujuy era de $ 278.670. En 1909 se crea el Ingenio La Mendieta con capitales alemanes. En 1914 se constituye Ledesma Sugar Estates and Refining Company Limited, con aporte de capitales norteamericanos y franceses. Los propietarios de los ingenios se fueron convirtiendo en gran burguesía agraria-industrial  y en poderosos terratenientes y usando todo tipo de coacción  para obligar a los indígenas a trabajar en las peores condiciones de servidumbre y esclavitud.

           Los hacendados y terratenientes de Salta y Jujuy , cuya propiedad venía de la época colonial, fueron abriendo el camino al capital imperialista y al igual que en el centro del país fueron configurando  el bloque de las clases dominantes de la Argentina vinculados al capital imperialista.

           En el catastro de 1872  en el Departamento Ledesma  se registran 6 propietarios, de los cuales dos propietarios, Ovejero Hnos. y Salvador Villar poseen el 79,6 % del total de las tierras valuadas.  En 1908 ya existe la Compañía Azucarera Ledesma y sobre un total de 200 propietarios es dueña del 48,7 % del total de las tierras valuadas.

           En el caso de las tierras  del Departamento San Pedro en 1872 sobre un total de 28 propietarios la familia Araoz posee el 49,2 % del total de las tierras con avalúo. En 1919 los ingleses Leach poseen el 77,3 % del total de las tierras sobre un total de 183 propietarios.

           En La Mendieta la proporción es menor, posee el 18,6 % de las tierras del Departamento San Pedro, con lo cual,  sumada la propiedad del Ingenio La Esperanza,  entre dos propietarios son dueños del 95,9 % del total de las tierras del Departamento San Pedro. 

El trabajo forzado del periodo colonial  volvió con la “modernización capitalista” de los ingenios azucareros y de la minería. En 1933 se instaló Mina Pirquitas y en 1936 Minera El Aguilar, ambos con capitales ingleses. Se acentuó la penetración del capital extranjero y la dependencia de la economía de Jujuy respecto de los países imperialistas.

El avance de las relaciones de producción capitalista y la apropiación de grandes cantidades de tierra y del agua fueron las características de ese momento. En pocos años mas los dueños de los ingenios lograron el control hegemónico del Estado provincial. El modo como fueron logrando su predominio consistió en otorgar créditos al Estado provincial, los cuales eran amortizados a través de la deducción de los impuestos a la tierra, al azúcar y al alcohol. En 1890 los impuestos a la tierra y a la producción de los ingenios representaban el 3,8 % del total de los recursos de la Provincia.  Llegaron al 25,8 % al finalizar el siglo XIX. En 1925 fue del 90 %, en 1927 del 82 % del total del presupuesto provincial. En la década del 30 oscilaron entre el 50 y el 65 %. Tamaña incidencia fue subordinando a los gobiernos que se sucedían, fueran conservadores o radicales. Fue tal su incidencia, que los gobiernos y su orientación económica se discutían en las oficinas de los ingenios.

Para la década de 1930 el control político del capital imperialista, devenidos en  gran burguesía agraria-industrial  y grandes terratenientes,  sobre la Legislatura provincial es prácticamente total. Citamos a Lagos, quien analiza la composición de la Legislatura formada en 1932:

“De los 18 miembros que la componían  17 pertenecían al Partido Popular, expresión del conservadurismo, sólo el Sr. Rodolfo Aparicio 8diputado por Rinconada) militaba en el Radicalismo. De los 17 mencionados la gran mayoría tenían vinculación directa con alguno de los ingenios: Luís De Santis, formaba parte desde 1917 del cuerpo de empleados de Leach Hnos. , en 1932 era secretario de la administración del ingenio; Juan Martín Silvestre era médico de la Esperanza desde 1926, fue luego director del Hospital de San Pedro; Francisco Leach, salteño de nacimiento, trabajaba en la finca de su padre, poseía grandes extensiones en El Carmen, departamento al que representaba como diputado; Luís Maria Oliver, también relacionado con los Leach, era subgerente de los almacenes de la empresa; Mamerto Salazar, juez de paz varios años en Yavi, propietario de fincas en Tarija, administrador de la finca de Patrón Costas, era también contratista de Ledesma; Carlos Undiano era medico del ingenio La Mendieta; Ramón Outon, vinculado desde la década de 1910 al ingenio Ledesma, estuvo a cargo de la administración del mismo durante varios años; Alfredo Caracciolo era comerciante de Ledesma muy vinculado a los interese de la compañía; Lazaro Taglioli, era uno de los contratistas mas importantes de Ledesma, tenia su zona de influencia en la Puna y el sur boliviano; Antonio Vargas Orellana, contratista del ingenio, desempeño varios cargos municipales en el departamento de Ledesma. Otros integrantes del Legislativo ocuparon la gobernación de la provincia como Daniel Gonzalez Perez, Arturo Perez Alisedo, Fernando Berghmans y Pedro Buitrago, durante la década de 1930. Tres de ellos abogados contaban entre su clientela de sus bufetes a los ingenios”.(3)

También los Jueces de Paz y los Comisarios de Policía eran designados y sus sueldos pagados por ellos y les asignaban viviendas para sus familias.

El interventor Nicolás González Iramáin

           Hacia el inicio de la década de 1940 los dueños de los ingenios continuaban ejerciendo un control directo sobre el Estado provincial. A través de los empréstitos que otorgaban a distintos gobiernos se presentaban como los grandes y casi únicos benefactores de las finanzas públicas, creadores de miles de puestos de trabajo y factores de desarrollo social. Fue  Nicolás González Iramáin, Interventor de la Provincia a partir de enero de 1942,  quien  en su breve paso por el gobierno puso en evidencia la falacia de esos argumentos.

 El abogado riojano, de larga carrera en el Poder Judicial de la Nación, enfrentó al poder de los dueños de los ingenios y de las minas  con firmeza y valentía. Duró tres meses en el cargo porque  Herminio Arrieta le hizo la vida imposible y forzó su renuncia. Lo que pudo hacer y decir en tan breve tiempo lo dejó como testimonio en una memoria que redacto en julio de 1942 y que se publicara en noviembre bajo el título “Tres Meses en Jujuy. La intervención nacional de 1942”.

En pocas páginas González Iramáin describe lo que encontró en su paso por Jujuy.  Sobre los servicios policiales dice que se hallaban  desnaturalizados por “la perniciosa influencia de la política de comité” y agrega que “cuando se daba “de baja”  a un vigilante, debía quitársele hasta lo botines viejos, con la suela rota, para ponérselos al que daban de alta”. Agrega que los agentes eran todos “activos i entusiastas militantes políticos””. 

Dice Adriana Kimgard  que  “en ocasión de los preparativos para los comicios del 1º de marzo de 1942, en donde debían elegirse diputados nacionales por Jujuy, el azorado funcionario federal se econtraria sin el personal de seguridad indispensable por hallarse este abocado de lleno a las actividades proselitistas comprometido de antemano con quienes-recompensando a suvez previos servicios de comité- le habían facilitado el acceso a puestos públicos”.(5)

En su gestión suprime las contribuciones que todos los funcionarios y empleados hacían a la caja de los distintos partidos políticos. Denuncia que “No existe Asistencia Pública en la ciudad de Jujuy, ni siquiera un coche-ambulancia para el traslado de heridos y enfermos”(…) escaseaban los remedios de mayor necesidad, i no era fácil obtener, para la gente del pueblo, una urgente asistencia nocturna”. Cita como un “espécimen el caso del Hospital Belgrano de Humahuaca” (…) no tenía (…) ni una sola sábana, ni una sola funda(…) ni una sola lámpara siquiera para los servicios de primeros auxilios”, cuando se cortaba la luz eléctrica a las dos de la mañana. Por Decreto dispone que “se suministrara leche i pan a todos los niños que concurren a las escuelas primarias de la provincia, i algunas ropas de abrigo”. En el Decreto habla de “niños desnutridos y harapientos” También suprime la ruleta que funcionaba en el Hotel Termas de Reyes y declara “la caducidad de todas las solicitudes de exploración o cateo de minerales de hierro, en la zona de reserva de los yacimientos de la sierra de Zapla”, para preservarla de la  “asechanza extranjera”.(En 1945 Fabricaciones Militares iniciaría la fundición de hierro en Altos Hornos Zapla ).

El 28 de abril de 1942 el Interventor renuncia en forma indeclinable al cargo de Comisionado Nacional. En el texto de su renuncia deja el testimonio mas contundente sobre las condiciones de vida y de trabajo de los obreros de las minas y de los ingenios.  Dice que “el trabajo obrero en ingenios i minas (…) reclama la urgente i enérgica intervención de las autoridades, siquiera para excluir a los terribles “contratistas” de peones, salvajes “negreros”  que todavía usan el látigo i otros fieros medios de flagelación, i que después resultan (…) diputados influyentes de la Honorable Legislatura; la equitativa i reglamentada distribución del agua de riego, para que no sea absorvida por grandes terratenientes i poderosos establecimientos industriales, en perjuicio del pequeño agricultor, i produzca alguna renta apreciable al tesoro provincial”.

En su respuesta del 4 de mayo de 1942 ante el ataque de Herminio Arrieta por el contenido de su renuncia, agrega: “Además no me he referido, por cierto, cuando hablo del mal trato de peones, a los trabajadores i empleados en la planta misma de los ingenios, de esos que se exhiben con jactancia a los visitantes distinguidos de ocasión, sino a las multitudes dolientes de obreros, arriadas por los famosos “contratistas”, que se cargan como bestias en los trenes i se encierran como ganado en los corrales. ¿Alguien lo ignora en el Norte?. Finaliza diciéndole a Arrieta que lo había acusado de “advenedizo”, como mensaje para otros políticos del momento  que “el mejor modo de asegurarse tranquilidad i bienestar en Jujuy (…) era ponerse de inmediato bajo el ala protectora del poderosos señor Arrieta, i de su fuerte establecimiento industrial, el Ingenio Ledesma”. (6) González Iramáin había optado por enfrentar al poder que controlaba la provincia. Veremos como se comportan hoy  los dirigentes de los partidos llamados tradicionales, en relación a quienes siguen siendo el verdadero  poder local.
        
Breve descripción de la evolución de la propiedad de la tierra de los ingenios

Ingenio La Mendieta

 Hasta 1903 el Ingenio es propiedad de la familia Alvarado. En  1904 se constituye la empresa “La Mendieta S.A.”, son sus principales accionistas los alemanes Arning y Hasberg . En 1930  las herederas del financista Emilio Schiffner adquieren el ingenio y bajo el nombre Ingenio Rio Grande Sociedad Anónima se vincula al capital suizo.  El domicilio del ingenio se fija en el cantón de Glarus  que tiene una sucursal en la ciudad de Buenos Aires. ( Adriana Kingard: Los origenes del peronismo jujeño. UNJu. Jujuy. 2001) (5).

En 1919  entre el Ingenio La Mendieta y el ingenio La Esperanza concentran el 95,9 % de las propiedades valuadas del Departamento San Pedro. (3) .En la actualidad  “El Ingenio desarrolla su actividad sobre una superficie total de su propiedad de mas de 27.000 hectáreas, de las cuales 5.300 hectáreas están plantadas con caña de azucar”.  (6). El paquete accionario mayoritario esta en manos de la familia Calcagno y  también posee acciones el grupo Jorge-Figueroa del Ingenio La Esperanza, que se encuentra en proceso de liquidación por quiebra.

A diferencia de lo que podemos señalar del entronque del capital imperialista con las clases dominantes de Jujuy y Salta  en los otros ingenios, en el caso de La Mendieta el capital alemán se asocia con familias de terratenientes de la región pampeana. Asi es como  entre los accionistas fundadores de 1909 aparecen Alejandro Paz, José Balcarce, Emilio Obligado, Camilo Alvear, Arturo Paz, Saturnino Unzue, Pedro y Alberto Benegas, Jose Maria Rosas,  Carlos Alzaga, Nicolas Miahnovich  y otros.   

Ingenio La Esperanza

           Hasta 1888 fueron propietarios de la hacienda San Pedro las familias Araoz, Uriburu , Cornejo y Lobo, pertenecientes a la oligarquía salto-jujeña. En este año  la “Sociedad Araoz, Cornejo, Uriburu y Compañía” vende los derechos y acciones del Ingenio La Esperanza ” a la  “Sociedad Araoz y Leach”, apareciendo en este acto el capital ingles. En  agosto de1893 Carlos Araoz, Manuel Araoz y Manuela Fleming de Araoz venden la Finca San Pedro a la  “Sociedad Araoz y Leach” por la cantidad de $160.000. A los pocos meses, en noviembre,  se constituye la   “Sociedad  Leach Hermanos” con un capital de $ 300.000 moneda nacional. En 1899 los ingleses avanzan sobre la propiedad de las fincas San Pedro, Acheral, El Moralito, La Urbana y Pampa Redonda.  Finalmente en 1913 la firma “Leach Hermanos y Compañía, Limitada” vende a la  “Leach´s Argentine Estates Limited” las fincas  San Pedro, Acheral, La Urbana, Pampa Redonda, Pensylvania, El Moralito y El Saladillo por $ 7.626.431,344, que equivalen a 655.800 libras esterlinas. La sociedad inglesa se había constituido en Londres en 1912 con un capital de 1.052.500 libras esterlinas. (7)

           En la escritura nº 31 de compra-venta del año 1913  se detalla la extensión de cada una de las fincas. San Pedro, que comprende a La Esperanza,  43.013 hectáreas. El Acheral, 12.234 hectáreas. La Urbana, 451 hectáreas. Pampa Redonda 2.121 hectáreas. El Moralito 4.600 hectáreas. Pensylvania, 1800 hectáreas. En total 64.219 hectáreas.

           Los Leach, además, son propietarios de la finca San Lorenzo de 72.529 hectáreas y de la finca Campo Colorado de 54.052 hectáreas, situadas en el Departamento Ledesma. Sumadas a las tierras de su propiedad  del Departamento San Pedro, los ingleses poseen 190.800 hectáreas. Por lejos los mas grandes terratenientes de toda la región llamada El Ramal de la Provincia de Jujuy.

           En 1961 la compañía “Leach´s Argentine Estates Limited” vende a  la empresa “Ingenio La  Esperanza Sociedad Anónima, Industrial, Comercial, Agrícola y Ganadera”. El acto se concreta mediante escritura nº 32. Por la primera firma  Charles Agnew  Lockwood, ciudadano británico y por la segunda Enrique Oxenfor Roberts, argentino. Lockwood  invoca la representación del directorio en donde figura Frank Wesley Leach. Lo notable de esta transacción que arroja luz sobre la cuestión del acaparamiento de la tierra del Departamento San Pedro es que las fincas que se venden figuran con el mismo nombre y la misma extensión en hectáreas que se habían registrado en el año 1913, ni un a hectárea mas ni una menos. En el catastro del periodo 1923-1927 se registra que el Ingenio poseía en total 126.581 hectáreas y cultivaba 1.000 hectáreas con caña, 350 hectáreas con alfalfa y 456 hectáreas con otros cultivos.  En el curso de 48 años se había llegado a cultivar 10.000 hectáreas con caña de azúcar.

Ingenio Ledesma

           En 1908 se crea la Compañía Azucarera Ledesma, cuyos propietarios son la familias Ovejero y Zerda.  Joaquín Carrillo en 1888 registra que el Ingenio Ledesma tiene 220 de plantación caña de azúcar y que “cuentan  con terrenos suficientes para duplicar la producción”.

 Veamos como, con motivo del centenario de la empresa Ledesma, describen sus actuales dueños la ligazón entre la oligarquía terrateniente salto-jujeña y el capital imperialista y al mismo tiempo la mutación de terratenientes a gran burguesía comercial:

“En 1911 Ovejero y Zerda vendieron la empresa a Enrique Wollmann y Carlos Delcasse, quienes conformaron la Nueva Compañía Azucarera Ledesma”. (…) Wollmann aportó la gestión de un préstamo de 650.000 libras esterlinas del banco de inversión norteamericano Lazard Brothers, y Delcasse consiguió un aval del Banco Francés del Río de la Plata de 7,5 millones de pesos (mas un adelanto de 1,1 millón de pesos para inversiones) “(…) “Para dar una idea de la importancia de la operación, ese crédito significo un 40 % del total de la cartera crediticia del Banco Francés y los 10 millones representaban por entonces mas del triple del capital de una empresa como Bagley y el doble del de la metalúrgica Tamet. La suma, finalmente, era de tal importancia que permitió a David Ovejero levantar en el centro de la ciudad de Buenos Aires la Galería Quemes, que se constituyó en una innovadora pieza de la comercialización porteña”  (Ledesma Una Empresa Argentina Centenaria 1908-2008) (8).

 En 1914 la empresa cambia de nombre y pasa a denominarse  “Ledesma Sugar Status and Refining Company Ltd.”

En 1918 la empresa pega el gran salto como propietarios  terratenientes. Señala Iris del Carmen  Ortiz:  “los señores Octavio Iturbe y Tristán Osán  vendieron a la sociedad Ledesma Sugar Status and Refining Company, la propiedad de Sauzal y Agua Negra ( 25.291 hectáreas )…(…)En menos de siete años, el ingenio-plantación en manos de Enrique Wollmann duplicó  y un poco mas la extensión del territorio inicial”  (8)

“En 1920 Ledesma contaba con 4.353 hectáreas con caña“ (8).

Iris Ortiz registra las propiedades incorporadas por Ledesma a partir de 1918: (9)


Sauzal y Agua Negra                    25.281 hectáreas                        1918
Fracciones de Sauzal                                   144                                        1920
Reducción Este                            29.484                                        1935
Falda Grande                                 3.750                                        1935
San Lorenzo                                 72.529                                        1955
Campo Colorado                          54.052                                        1955
Higueritas                                      5.700                                        1958

            En total 198.157 hectáreas, a las que hay que sumarle la compra de la finca El Talar, en 1949,  de 30.000 hectáreas. (8).  En la década de 1970  “la empresa compró 5.000 hectáreas en la zona del El Piquete”. (8). Total: 233.157 hectáreas.

 En 1975  Ledesma dona 76.300 hectáreas para la creación del Parque Nacional Calilegua.  “La iniciativa, que la Administración de Parques nacionales no dudó en aceptar, logró un doble propósito: para la sociedad, la protección a perpetuidad de ecosistemas de importante valor biológico y paisajístico, y, para la empresa, la protección también a perpetuidad de su cuenca hídrica.”  Traducido: el Estado se hace cargo del mantenimiento y conservación del Parque y para quienes se creen también  perpetuos el control de  “sus”  ríos. Es así como el libro del Centenario  registra que actualmente la superficie total de las propiedades de Ledesma es de 157.556 hectáreas. (8)    

           A tamaña concentración de la propiedad de la tierra le correspondió tamaño poder sobre el Estado de la provincia de Jujuy. Hemos señalado lo que ocurría en la década de los años veinte, cuando la empresa estaba en franca expansión y consolidación siendo propietarios de aproximadamente 35.000 hectáreas. ¿ Que pasaría cuando llegaron a las 233.157 hectáreas?. Lo veremos en el capitulo referido a la década de los años de 1990.

Las luchas obreras y conquistas en el gobierno el peronismo

           Las condiciones de vida y de trabajo de los obreros de las minas y de los ingenios que describían los radicales yrigoyeniestas como  Miguel Tanco y el Interventor González Iramáin, estaban en la base de las luchas y los intentos de organización del movimiento obrero desde comienzos del siglo XX.

           En 1916 los obreros del ingenio Ledesma van a la lucha contra el pago de sus salarios con vales. La represión mata a seis obreros “turcos” ( sirios-libaneses) y deja once heridos. En  junio de 1918 en Ledesma van a la huelga “cerca de tres mil obreros (…)  con cuya Comisión de huelga están conectados “los caciques de los cuatro mil indios venidos del Chaco”. (10) El reclamo esta basado en los bajos salarios, la carestía de los artículos de primera necesidad y en las pésimas condiciones higiénicas de Pueblo ingenio” (10). El conflicto dura desde junio a septiembre y la prensa de Jujuy registra que “banderas rojas” encabezan las movilizaciones. Se lucha también por la jornada laboral de 9 horas y por el reconocimiento de la organización sindical que han constituido. 

 En la década del veinte se luchaba contra el pago con vales y en especie y contra la superexplotación en jornadas laborales de 10 y 12 horas. Los obreros del surco que cosechaban la caña comenzaban la jornada a la una de la mañana

           En 1923 se vuelve al conflicto en Ledesma. La huelga dura 6 das y una movilización intenta asaltar el Ingenio. La represión arroja el saldo de un muerto y 29 detenidos.

           En 1924 el gobierno radical prohíbe por Ley 569 que se pague salarios con “fichas, vales u otra moneda que no sea la nacional”. (10) En 1925 se obliga a los ingenios a prestar asistencia médica y a respetar el descanso dominical.

           Durante la década de los años treinta se habían creado varias organizaciones sindicales como las de la construcción, panaderos, ferroviarios, gráficos, comercio, mozos, cocineros y peluqueros. . En 1943 hay un intento de organizar el sindicato de los obreros mineros del El Aguilar, luchando por mejores salarios y contra las proveedurías de la mina. En enero de 1943 el gobierno clausura los locales del Sindicato de Obreros y Empleados de los Ingenios de Jujuy que se había organizado hace poco. (5)

           Tras el golpe militar de junio de 1943 la relación entre el gobierno y el movimiento obrero comienza a cambiar.  A poco de instalado el interventor federal, Suerio, resuelve a favor de los obreros del Ingenio La Esperanza que habían iniciado una lucha por mejoras salariales y contra la proveeduría del ingenio.  En el conflicto se produce un enfrentamiento donde mueren cuatro obreros y quedan dos heridos. También comenzaron la lucha los obreros del ingenio Río Grande. (5)

           A partir de la creación de la Secretaria de Trabajo y Previsión, en noviembre de 1943, pasaron a tener el apoyo de Perón. Luego, en 1946, siendo ya gobierno en la Provincia el Ingeniero  Alberto Iturbe, la oligarquía azucarera y minera fue obligada a respetar la legislación laboral, el jornal legal mínimo, proveer de agua potable, asistencia sanitaria y vivienda a los trabajadores.  En 1948 una publicación del gobierno peronista decía: “Teniendo en cuenta las dificultades con que los núcleos de obreros de población tropiezan frente a los feudos azucareros o industriales mineros de la provincia, se ha sancionado la ley 1.877 que declara de utilidad pública y sujeto a expropiación todo camino de acceso a núcleos poblados”. (11)   

Señala Adriana Kingard  “quizá ninguna de las novedades del periodo pareció desafiar tan seriamente a la industria del azúcar como la organización de los obreros en entidades representativas de sus intereses, bajo tutela oficial, siguiendo el impulso lanzado desde el poder central”.  Y agrega “ La Secretaria de Trabajo y Previsión cumpliría en Jujuy, a través de su Delegación Regional, un importante papel en la organización de los obreros de ingenio. Significativa en ese sentido era la modalidad-sugerida por el propio Perón- de dejar en manos de la Delegación el trámite de solicitar la necesaria autorización policial para llevar a cabo reuniones gremiales”.  El peronismo promovió la organización sindical y en 1948 funcionaban 57 asociaciones profesionales afines al gobierno. Antes  “recurriría (..) al expediente de crear sindicatos paralelos en los sectores mas reacios.” (5)    

 En 1945 la corriente industrialista del Ejercito, a la que pertenecía Juan D. Perón, había concretado la primera colada de arrabio argentino en Altos Hornos Zapla, con lo cual creció el numero de obreros industriales  en Jujuy y el peso de la producción azucarera sobre el conjunto del PBG ya no era tan absoluto.

           Los cambios que impuso el gobierno peronista fueron importantes y el General Perón se ganó el corazón de la inmensa mayoría de la clase obrera y otros sectores populares de Jujuy. Al igual que en el resto del País los límites del gobierno peronista estuvieron dados por el carácter de clase, burgués nacional, de su programa. En Jujuy se habían expropiado los latifundios de la Puna y Quebrada, medida que tenía una gran significación  histórica y social, pero el poder económico y político de los grandes terratenientes,  de la gran minería, intermediarios del imperialismo ya tenía un peso decisivo.           

           Tras la caída de Perón, en 1955, comenzó la revancha de los grandes monopolios  azucareros  y mineros contra las conquistas de la clase obrera y otros sectores populares. La ofensiva de las clases dominantes duró muchos años. La llamada “Revolución Libertadora” proscribió al peronismo. Los gobiernos surgidos a partir de 1958 trataban a los grandes terratenientes y al monopolio minero de otra manera.

Tras el retorno del peronismo en 1973 volvieron a plantearse algunas contradicciones entre el gobierno y el poder de los ingenios, particularmente de Ledesma. Ya no con la misma intensidad de antes.  Las medidas anti obreras y anti populares que se habían implementado tras 18 años de proscripción del peronismo no fueron derogadas en su totalidad.  El contenido del gobierno y sus relaciones con el poder económico de los grandes terratenientes y monopolistas no eran igual a las que se practicó entre 1946 y 1955.

A partir de 1983 cambia completamente el carácter de la relación entre  el gobierno y las grandes empresas. Comienza un periodo donde se implementan leyes y medidas que favorecen a la gran burguesía agraria, industrial y a los terratenientes, tal como lo veremos en la experiencia de la década de los años 90.
                        
Bibliografía

1.      Adolfo Dorfman: Historia de la Industria Argentina. Solar/Hachete. Buenos Aires.1970.
2.      Lenin: El imperialismo, fase superior del capitalismo. Ediciones en lenguas extranjeras. Beijing.1984.
3.      Marcelo Lagos: Estructuración de los Ingenios azucareros jujeños en el marco regional ( 1870-1940). Unidad de Investigación en Historia Regional de la Fac. de Humanidades de la UNJu.
4.      Joaquín Carrillo: Descripción de la provincia de Jujuy. UNJu. 1988
5.      Adriana Kingard: Alianzas y enfrentamientos en los orígenes del peronismo jujeño. Jujuy. UNJu. 2001.
6.      Folleto del Ingenio Rio Grande.2005
7.      Jobino Pedro Sierra e Iglesias:  Los 15 dueños de la Pampa de San Pedro. UNJu. Jujuy.1997.
8.      Ledesma. Una Empresa Argentina Centenaria. 1908-2008. Fundación CEPPA. Ledesma SAAI. Buenos Aires.2008.
9.      Iris del Carmen Ortiz de Mecchia: Tesis de la Licenciatura en Historia de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNJu. Jujuy. 1991.
10.  Silvia Fleitas: Cuestión Social y pol´ticas sociales. Concepciones e intervenciones del yrigoyenismo jujeño en la década de 1920.  IX Jornadas Regionales de Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales. Jujuy. Mayo 2008.
11.  4 de Junio: Publicación del Gobierno de la Provincia de Jujuy. Jujuy. 1948.










































          





  


          

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